viernes, 25 de enero de 2013

Hufflepuff 1

La gente se abalanzó sobre la comida bastante emocionada.
-¡Esto es lo que más he hechado de menos de Hogwarts!-oíste que dijo una chica morena, con el cabello largo y rizado.
Cedric Diggory rió al escucharla.
-Definitivamente está entre la lista de cosas que yo he hechado de menos-le respondió.
-¿Pero todos los días se come así de bien?-les preguntó Susan.
-¡Sí!-chilló emocionada la chica- ¿Otra amante de la comida, como yo?
-Susan Bones-se presentó tu amiga.
-Rose Zeller-se presentó la chica- ¡Hey! ¡Y tú eres la de la chapa!-te reconoció.
Le recordaste tu nombre.
-Si quieres un consejo para no meterte en líos, es "ten cuidado con los gemelos Weasley".
-Rose, no la asustes.-la regañó con delicadez Cedric- Es cierto que son algo peculiares, pero se puede confiar en ellos.
-Para que te manden a la enfermería-rezongó Rose.
Cedric suspiró y negó con la cabeza.
-¿Nos hemos perdido algo? ¡Me encantan las historias!-pidió Susan.
-Convencieron a Rose para probar unas pastillas vomitivas-dijo Cedric.
-¡Dijeron que no me pasaría nada!-le interrumpió Rose- Sólo tenía que tomarme un trozo de la pastilla me pondría a vomitar, me tomaba el resto y ¡como nueva!
-¿Y qué pasó en realidad?-preguntaste.
-Es algo difícil tomarte un trozo de pastilla mientras estás vomitando-comentó Cedric.
-Él tuvo que llevarme a la enfermería-Rose señaló a Cedric con el pulgar- Pero lo peor, ¡es que yo estaba saliendo con Fred!-confesó- Puedo entender que le pida un favor a su novia, ¡pero es que les pedían a todas las chicas de la escuela ser sus calderos!
-¿Calderos?-preguntaste sin entender. Susan tampoco lo entendió.
-Veamos... Conejillo de indias-aclaró Cedric.
-¡Ah!-contestasteis las dos entendiendo.
-Pero son dos-intervino Susan de repente- Pudo haberlo hecho el otro.Ya sabes, es típico de los gemelos, está el bueno, y el malo.
-Créeme, los dos son malos- Rose bufó.
-Es fácil distinguirlos-interviniste haciendo que todos te miraran- Fred es más sociable, el que primero suele hablar con los demás, George le sigue. Es algo más... tímido, no,-negaste- cerrado quizás, menos personal cuando habla. Y le encanta corregirte-recordaste.
-¿Desde cuando los conoces?-te preguntó Rose.
-Hoy, en el tren-especificaste.
-¿Y lo sabes ya? Me da miedo lo que puedas saber de mí mañana-bromeó Cedric.
-¡No te preocupes!-Susan te pasó un brazo por los hombros arrimándote a ella- ¡Sabemos guardar secretos!-y te puso un vaso de leche delante de ti, como retándote a que te lo bebieras- Lo he perfeccionado un poco desde hace una semana-te advirtió.
Tú te reíste al recordar cómo te contó que a su hermana la leche le salió por las orejas, y te negaste a beberla entre risas.
-Ahí me parece que hay una historia-comentó Cedric.
Antes de que Susan pudiera hablar, tú dijiste:
-Si te la cuenta lo más probable es que no vuelvas a beber leche-eso pareció enfurruñar a Susan-Al menos no delante de ella-especificaste.

La gente pareció haber terminado de comer, así que la comida desapareció de los platos.
-Y ahora-dijo Dumbeldore- Os deseo buenas noches, los prefectos acompañarán a los de primer año a sus casas.
Todos los alumnos del Gran Comedor se levantaron, así que tú también, hasta que te fijaste que eran todos, menos los de la mesa de Hufflepuff.
-Tranquilas-dijo Cedric sonriendo-yo soy el prefecto de Hufflepuff, Hannah también, pero está en el otro extremo de la mesa. Quedaos sentadas hasta que se vacíe un poco el Gran Comedor.
-Es un secreto-Rose os guiñó un ojo- No podéis decirle a los de las otras casas dónde está Hufflepuff.

Cuando el Gran Comedor se vació, los alumnos de la mesa de Hufflepuff se levantaron, y tú los seguiste a las cocinas, donde vistes un montón de seres arrugados con orejas puntiagudas, esqueléticos y de diferentes tonos de marrón vestidos una camisa o un jersey tan sólo. Te sorprendiste cuando uno de ellos de miró, pues sus ojos eran grandes y le ocupaban la mayor parte de la cara.
Le diste la mano a Susan.
-¿Qué son?-preguntaste.
-Son elfos domésticos, trabajan para Hogwarts.-te respondió Cedric.
-¿Ellos hacen toda esa maravillosa comida?-preguntó sorprendida Susan.
-¡Gracias, señorita!-respondió uno de los elfos sorprendiéndoos al escuchar su voz tan aguda.
Os disteis por respondidas.
Cedric giró a la derecha y entró en lo que parecía ser la bodega.
-Ahora prestadme atención-pidió cuando una chica de nariz chata, pecosa y castaña con el pelo rizado y largo se situó a su lado.- Es el tercero a la izquierda, y son tres toques, ni uno más, ni uno menos.
-Si os equivocáis lo más probable es que acabéis apestando o en otra parte del castillo-le interrumpió la chica que estaba junto a él.
-Esa debe de ser Hannah, la otra prefecta-te susurró Susan al oído.
-Tercero a la izquierda y tres toques-repitió Cedric.
Él se dirigió al tercer barril y golpeó lo golpeó tres veces.
Él barril se abrió, y os alumnos empezasteis a entrar.
-¿Crees que cabremos todos ahí dentro?-le preguntaste a Susan.
-Es un colegio de Magia-te recordó Susan.
Cuando cruzaste el umbral, fue un salón con unos esplendorosos sillones y sofás negros y amarillos lo primero que vistes. También había una gran chimenea en medio de la sala común. Y además de algunas mesitas de estar, había unos pocos barriles que también se usaban como mesas.
-Dormitorios de los chicos, a la izquierda-había unos túneles entre las dos chimeneas-Dormitorios de las chicas, a la derecha.-Y Cedric te miró y sonrió- Sed puntuales mañana, las clases empiezan a las nueve.
-Encontraréis que vuestras pertenencias están en vuestr..¡Aaaah!-Hannah, la prefecta, pegó un grito cuando una bola de pelo negra bajó por las escaleras rozándola.
-¡Herbie!-gritaste riendo contenta cuando éste saltó a tus brazos.-Me has echado de menos, ¿verdad?
Mientras acariciabas a Herbie, algunos alumnos rieron.
-¡Es precioso! ¡Qué lindo!-dijeron unos pocos acercándose.
-Sí-corroboraste cuando intentó chuparte la cara- Y le encanta que se lo digan- Herbie se dejó acariciar por tus compañeros.
-Como iba diciendo-continuó Hannah- vuestras pertenencias están en vuestros dormitorios-y se marchó. Aunque segundos después se asomó y observó a Herbie- Sí que es bonito, sí-admitió.
Susan y tú fuisteis a vuestros dormitorios. Resultó que los compartíais con dos chicas, una se llamaba Hepzibah y otra Summers.
Te fijaste también en que había un montón de libros junto a tu equipaje.

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1 comentario:

  1. Guau, la verdad es que tu idea está genial. Ir leyendo la historia me ha llevado hasta aquí, espero la siguiente entrada con mucha ansia!
    Pero tengo un pequeño problema, la letra es muy pequeña y el fondo dificulta muchísimo la lectura. Intenta arreglar eso.
    Un beso, espero la siguiente entrada!

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